Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el plazer,
cómo después, de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parescer,
cualquiera tiempo passado
fue mejor.
Pues si vemos lo presente
cómo en un punto s'es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por passado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera,
más que duró lo que vio,
porque todo ha de passar
por tal manera.
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros, medianos
y más chicos,
allegados son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.
Jorge Manrique
A la muerte del maestre Don Rodrigo Manrique, su padre
(fragmento del principio)
El que haya ido alguna vez en metro en hora punta sabrá lo que es estar apoyada en la pared, luchando por respirar en un pantano de gente. Y también recordará con una sonrisa el maravilloso momento en el que el tren llega a una de esas estaciones mágicas, en las que se baja casi todo el mundo y te sacan por fin el codo de la oreja. En esos momentos el alivio es tal que no te importa si se ha bajado todo el mundo menos los que estaban sentados, y te quedas apoyada en la pared al lado de la puerta.
Supongo que también conoceréis esos cartelitos incitadores a la lectura que hay por ahí pegados (mínimo 5 por vagón, a veces repetidos, estoy segura). Pues bien, a lo que iba:
Estaba yo en el metro apretujada contra la pared, al lado de la puerta, con la cabeza apoyada en uno de esos cartelitos literarios. Había tanta gente, que no me podía mover. Menos mal que entre Guzmán el Bueno, Cuatro Caminos y Nuevos Ministerios me aliviaron un poco la cosa. Como no llevaba mp3 y ya tenía espacio vital, me giré para leer la joya literaria que separaba mi cabeza de la pared. ¡Oh, las coplas a la muerte del padre de jorge! ¡Cuánto tiempo! A ver: "... contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte, tan callando; cuán después de acordado, da dolor..." ¡¡¿¿QUÉ??!! ¿Dónde está "cuán presto se va el placer"? ¡Estos ineptos no saben ni transcribir!
Me estaba doliendo. En plena indignación, salió mi vena vandálica y saqué un boli de la mochila para desfazer el entuerto. ¡Y desde este púlpito animo a todos los del club de fans de jorge manrique a que empuñen sus bolígrafos y añadan "cuán presto se va el placer" (antes de "cómo después de acordado da dolor"), por la memoria del maestro Don Jorge Manrique y por la literatura!
¡Si podéis quedaros indiferentes, de brazos cruzados, allá quedará en vuestras conciencias!
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3 comentarios:
Después de descubrir que Jorge Manrique era un profeta sozialista, que tras la muerte de su padre dezidió apoyar a zapatero en su campaña eleztoral entiendo que crezcan tus dudas zobre a quien votar las prózimas elecziones.
Pero debes saber que el partido sozialista no apoyaría tu gamberrada.
Y mucho menos los pobres pastores de ganado.
qué narizes tienen que ver los pobres pastores de ganado en todo esto???
¿Ein?
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