viernes, 9 de noviembre de 2007

Esa jodida décima

Estoy horrorizada. He mirado a la competitividad a la cara y me he dado la vuelta. ¿Por qué? ¡Maldigo al futuro académico! ¿De verdad es tan importante? La respuesta es sí. Comprendo las motivaciones. Entiendo lo que implica una puñetera matrícula. Lo sé. Sé que tu vida depende de un número. La diferencia entre la ¿felicidad? y el fracaso está en una jodida décima. Sí, la felicidad, lo entiendo. ¿Qué quieres hacer el resto de tu vida: trabajar en un instituto de secundaria o contribuir al mejor conocimiento de los que nos rodea? Si lo que te interesa (como a todos) es lo segundo, en realidad no tienes otra opción que luchar por esa jodida décima, quitándosela a otros (que terminarán trabajando en un instituto de secundaria).


Yo quiero investigar en un laboratorio. Me gustaría. Pero para eso se necesita una maldita beca (o varias malditas becas). Y para conseguir esa beca tienes que ser la mejor. Está claro que no todo el mundo puede ser el mejor. Por eso tu éxito se debe saldar con numerosos fracasos a tu alrededor. Es una lástima. No soy la mejor. Ni lo voy a ser. Por eso renuncio a la ciencia. No voy a luchar. Intentaré hacer las cosas bien. Pero si me encuentro en algún conflicto, sobre todo si es con una persona querida, lo siento pero lo voy a evitar. Comprendo a los que no lo harían, de verdad, pero yo no puedo. ¿Y ahora qué hago con mi vida? Pues por el momento, disfrutar de la biología, que es uno de los ámbitos científicos (generalizando) más fascinantes que conozco. Cuando termine, ya veremos. Mi ego se ha resentido demasiado en los últimos meses, no sé si lo habréis notado. Cada uno tendrá su lugar.

4 comentarios:

Airun dijo...

Antes que nada: Esto no hace mas que reafirmar mi vocación de ministro de Ciencia y Tecnología para arreglar un poco las cosas.
Pero en fin, mientras eso llega, habrá que ir arreglándoselas.
Alejandra, no todo el mundo se termina en las becas. Hay empresas privadas, que también necesitan biólogas, así que no te preocupes! Viva la empresa privada!
A ver... veo un par de frases un tanto engañosas. Cuanto te quejas lastimeramente de que tu éxito significa el fracaso de los demás, no te has parado a pensar que todo éxito significa, por lo menos, la posibilidad de fracaso de los demás. Si todos los que se presentaran consiguieran la beca, no sería ningún éxito. Igual que no sería ningún éxito sacar un 10 si todo el mundo los sacara, etc. Para que alguien triunfe, alguien tiene que fracasar. Ahora, esto es una cuestión del sentido de las palabras, no de los hechos. Al fin y al cabo, aunque si todo el mundo consiguiera trabajar en un laboratorio, el hacerlo dejaría de ser un éxito, no obstante la situación general del mundo mejoraría (por eso tengo que convertirme en ministro!)
Hombre, no es “el mejor” el que investiga. Te imaginas a una unica persona llevando adelante todas las investigaciones biológicas del mundo? Hombre, por lo menos tiene que haber alguien que le recoja las placas de petri que se rompen, o que sujete un matraz de fondo redondo: piensa que esa podrías ser tú!
También es una exageración lo de que renuncias a la ciencia. Trabajar en un instituto dando clases de ciencias, aunque puede ser horrible, sigue siendo ciencia.
Quieres decir que renuncias a un trabajo investigador de primer nivel. No veo por qué. Por dios, estás en segundo anda que no te queda! De momento, lo que te toca es disfrutar de la biología, y no tiene sentido que te cierres puertas ya, diciéndote lo que de ninguna manera vas a poder ser en el futuro. Eso no ayuda mentalmente a que te quede alguna posibilidad de serlo. Vamos, no desesperes, siempre podrás teñirte el pelo de morado, y aunque no seas científica de primer nivel, serás guay, por lo menos. (y estás actualizando el blog! No creo a mis propios ojos!). Y tu ego, lo que haría falta es recogerlo del suelo de una vez y ponerlo a cierta altura, que eres una egoperiférica de narices!
Por cierto, ajustaré artículos hoy y mañana, ya verás, que cosas mas guay descubro por ahí.

EloraDana dijo...

¿egoperiférica? Bueno, en todo caso ya me he convencido un poco. Limpiar matraces no está mal (¿para qué están los químicos orgánicos?). Sí que seré científica. Además bióloga y bioquímica (y doctora freire)

Khris dijo...

Respecto a lo de limpiar matraces, debería planteármelo... ^^

Te voy a decir unas cuantas cosas, Alejandra. Tú eres una persona a la que se le ha encomendado una tarea muy importante y de mucha responsabilidad: cuidar de otra persona muy cercana a ti. Yo te considero alguien suficientemente madura como para aceptar ese reto y hacerlo bien, aunque a esta edad es especialmente difícil y duro. Eso requiere mucho esfuerzo y, aunque no es necesaria alguna habilidad especial concreta, si que es necesario un poco de voluntad, fuerza. Esa persona es tan cercana a ti que, además de en las mentes de los demás, está en tu interior, y se llama Alejandra. En realidad todos tenemos una persona a la que cuidar. Así que, si somos tan irresponsables de no darles lo mejor que podemos, habremos cumplido mal nuestra tarea. Si dejamos que los demás pisen a la persona que tenemos que cuidar o si la enseñamos a huir de los problemas, seremos unos irresponsables. Y tú no eres eso, Alejandra. No sólo consiste en enseñarle esas cosas, sino también a ser amable, a apasionarla por la lectura, a ser crítica... Si no hacemos eso, a la primera persona a la que no estamos respetando es a esa, a la más cercana a nosotros. Por eso, Alejandra, antes de respetar a los demás, respétate a ti misma.

Aunque yo no sea el mejor ejemplo, intento seguir mis propios consejos, y supongo que puedo darlos si los considero adecuados o pienso que al menos no van a perjudicar a nadie.

Yo ahora mismo me concentraría en los estudios y sacaría la mejor nota que pudiese, esa sería una forma no muy difícil que yo creo que te serviría. Recuerda que si no lo haces, la primera persona a la que no estás respetando y a la que estás haciendo fracasar es a ti misma.

Unknown dijo...

Trabajar en un Instituto de Secundaria y formar a la gente del futuro no es tan malo.