domingo, 11 de noviembre de 2007

Badabadúm, badúm, badúm badúm badero

(Por cierto, para el viernes está programado el nacimiento de mi prima, ahora estará así la pobre)
EDITADO: Foto de la chica el día 17 de noviembre (ahora ya está menos roja):


A ver si se me ocurre algo divertido para contrarrestar el comentario "apocalyptico" del otro día:


¿Cuántos físicos teóricos especializados en relatividad general hacen falta para enroscar una bombilla? Por favor, hagan sus apuestas y especulaciones en los comentarios.


¿Y cuántos químicos físicos se necesitan para fregar un matraz? Je, je, je. Todavía me estoy riendo desde el jueves, que me lo contaron.




Me gustaría que si queréis recomendar algún libro lo sugiriérais o sugiriéseis en los comentarios. Llevo todo el fin de semana ampliando la lista y no doy abasto. Cuando me acuerdo de uno lo pongo, pero es interminable (la última vez que pensé esto corrí acto seguido a añadir "La historia interminable"). Ahora me estoy leyendo dos: "El collar del Neandertal", de JuanLu Arsuaga, por supuesto (ya que me estoy perdiendo todo el tema de los neandertales en antro; por cierto, qué mal suena eso de antro) y "El misterio del solitario", de Jostein Gaarder.




¿Os llena de asombro mi inusual a la par que sorprendentemente grato incremento de la frecuencia en el añadimiento y/o añadición de entradas por parte de esta, vuestra segura servidora? ¡A partir de ahora ningún infeliz malandrín osará ensuciar con injurias a mi discreta y sin embargo ilustre persona! Pues ya tengo en mi tintero, ansiosos por surgir de mi humilde pluma, magníficos artículos en potencia, que se encuentran aún en el limbo de esas ideas que han sido concebidas pero no han llegado a ver la luz (en el platónico Mundo de las Ideas, looool; los que no sepáis algo de Platón, no me hagáis caso; es más, borrad estas perniciosas palabras de vuestra mente). Una de las cosas que sé es que sé algunas cosas. Creo que pienso, luego puede que incluso exista. Y como Dios existe también, está claro, y es infinitamente bueno, no va a dejar que nos engañemos haciéndonos percibir un mundo que no existe, luego el resto del mundo existe. ¡Toma ya! Das Ding an sich und Das Ding für mich, dijo también Kant, ¡y nunca salió de su pueblo! Yo eso también lo pensé cuando era pezqueña (y luego, de paso, inventé el panteísmo (dícese de la creencia religiosa de que el Panteón es dios)). ¡He dicho que dejéis de leer! ¿Que lo borre? ¡Ni hablar! ¡Aquí llamamos al pan canchuflo y al vino prestújila!




Y para terminar, un consejo: no por mucho madrugar busca la sombra el perro.

1 comentario:

EloraDana dijo...

Oh, alejandra! cómo me gusta tu comentario! Es ingenioso a la par que discreto. ¡Y tiene un bonito color morado!