Con la sangre hasta la cintura, algunas veces
con la sangre hasta el borde de la boca,
voy
avanzando
lentamente, con la sangre hasta el borde de los labios
algunas veces,
voy avanzando sobre este viejo suelo, sobre
la tierra hundida en sangre,
voy avanzando lentamente, hundiendo los brazos
en sangre,
algunas
veces tragando sangre,
voy sobre Europa
como en la proa de un barco desmantelado
que hace sangre,
voy
mirando, algunas veces,
al cielo
bajo,
que refleja
la luz de la sangre roja derramada,
avanzo
muy
penosamente, hundidos los brazos en espesa
sangre,
es
como una esperma roja represada,
mis pies
pisan sangre de hombres vivos
muertos,
cortados de repente, heridos súbitos,
niños
con el pequeño corazón volcado, voy
sumido en sangre
salida,
algunas veces
sube hasta los ojos y no me deja ver,
no
veo más que sangre,
siempre
sangre,
sobre Europa no hay más que
sangre.
Traigo una rosa en sangre entre las manos
ensangrentadas. Porque es que no hay más
que sangre,
y una horrorosa sed
dando gritos en medio de la sangre
Blas de Otero
martes, 13 de noviembre de 2007
Crecida
Maquinado y puesto a punto por la magnífica
EloraDana
¿cuándo?
martes, noviembre 13, 2007
4 comentarios:
Grupo taxonómico:
¿Qué es poesía?
domingo, 11 de noviembre de 2007
Badabadúm, badúm, badúm badúm badero
EDITADO: Foto de la chica el día 17 de noviembre (ahora ya está menos roja):
A ver si se me ocurre algo divertido para contrarrestar el comentario "apocalyptico" del otro día:
¿Cuántos físicos teóricos especializados en relatividad general hacen falta para enroscar una bombilla? Por favor, hagan sus apuestas y especulaciones en los comentarios.
¿Y cuántos químicos físicos se necesitan para fregar un matraz? Je, je, je. Todavía me estoy riendo desde el jueves, que me lo contaron.
Me gustaría que si queréis recomendar algún libro lo sugiriérais o sugiriéseis en los comentarios. Llevo todo el fin de semana ampliando la lista y no doy abasto. Cuando me acuerdo de uno lo pongo, pero es interminable (la última vez que pensé esto corrí acto seguido a añadir "La historia interminable"). Ahora me estoy leyendo dos: "El collar del Neandertal", de JuanLu Arsuaga, por supuesto (ya que me estoy perdiendo todo el tema de los neandertales en antro; por cierto, qué mal suena eso de antro) y "El misterio del solitario", de Jostein Gaarder.
¿Os llena de asombro mi inusual a la par que sorprendentemente grato incremento de la frecuencia en el añadimiento y/o añadición de entradas por parte de esta, vuestra segura servidora? ¡A partir de ahora ningún infeliz malandrín osará ensuciar con injurias a mi discreta y sin embargo ilustre persona! Pues ya tengo en mi tintero, ansiosos por surgir de mi humilde pluma, magníficos artículos en potencia, que se encuentran aún en el limbo de esas ideas que han sido concebidas pero no han llegado a ver la luz (en el platónico Mundo de las Ideas, looool; los que no sepáis algo de Platón, no me hagáis caso; es más, borrad estas perniciosas palabras de vuestra mente). Una de las cosas que sé es que sé algunas cosas. Creo que pienso, luego puede que incluso exista. Y como Dios existe también, está claro, y es infinitamente bueno, no va a dejar que nos engañemos haciéndonos percibir un mundo que no existe, luego el resto del mundo existe. ¡Toma ya! Das Ding an sich und Das Ding für mich, dijo también Kant, ¡y nunca salió de su pueblo! Yo eso también lo pensé cuando era pezqueña (y luego, de paso, inventé el panteísmo (dícese de la creencia religiosa de que el Panteón es dios)). ¡He dicho que dejéis de leer! ¿Que lo borre? ¡Ni hablar! ¡Aquí llamamos al pan canchuflo y al vino prestújila!
Y para terminar, un consejo: no por mucho madrugar busca la sombra el perro.
Maquinado y puesto a punto por la magnífica
EloraDana
¿cuándo?
domingo, noviembre 11, 2007
1 comentario:
viernes, 9 de noviembre de 2007
Esa jodida décima
Estoy horrorizada. He mirado a la competitividad a la cara y me he dado la vuelta. ¿Por qué? ¡Maldigo al futuro académico! ¿De verdad es tan importante? La respuesta es sí. Comprendo las motivaciones. Entiendo lo que implica una puñetera matrícula. Lo sé. Sé que tu vida depende de un número. La diferencia entre la ¿felicidad? y el fracaso está en una jodida décima. Sí, la felicidad, lo entiendo. ¿Qué quieres hacer el resto de tu vida: trabajar en un instituto de secundaria o contribuir al mejor conocimiento de los que nos rodea? Si lo que te interesa (como a todos) es lo segundo, en realidad no tienes otra opción que luchar por esa jodida décima, quitándosela a otros (que terminarán trabajando en un instituto de secundaria).
Yo quiero investigar en un laboratorio. Me gustaría. Pero para eso se necesita una maldita beca (o varias malditas becas). Y para conseguir esa beca tienes que ser la mejor. Está claro que no todo el mundo puede ser el mejor. Por eso tu éxito se debe saldar con numerosos fracasos a tu alrededor. Es una lástima. No soy la mejor. Ni lo voy a ser. Por eso renuncio a la ciencia. No voy a luchar. Intentaré hacer las cosas bien. Pero si me encuentro en algún conflicto, sobre todo si es con una persona querida, lo siento pero lo voy a evitar. Comprendo a los que no lo harían, de verdad, pero yo no puedo. ¿Y ahora qué hago con mi vida? Pues por el momento, disfrutar de la biología, que es uno de los ámbitos científicos (generalizando) más fascinantes que conozco. Cuando termine, ya veremos. Mi ego se ha resentido demasiado en los últimos meses, no sé si lo habréis notado. Cada uno tendrá su lugar.
Yo quiero investigar en un laboratorio. Me gustaría. Pero para eso se necesita una maldita beca (o varias malditas becas). Y para conseguir esa beca tienes que ser la mejor. Está claro que no todo el mundo puede ser el mejor. Por eso tu éxito se debe saldar con numerosos fracasos a tu alrededor. Es una lástima. No soy la mejor. Ni lo voy a ser. Por eso renuncio a la ciencia. No voy a luchar. Intentaré hacer las cosas bien. Pero si me encuentro en algún conflicto, sobre todo si es con una persona querida, lo siento pero lo voy a evitar. Comprendo a los que no lo harían, de verdad, pero yo no puedo. ¿Y ahora qué hago con mi vida? Pues por el momento, disfrutar de la biología, que es uno de los ámbitos científicos (generalizando) más fascinantes que conozco. Cuando termine, ya veremos. Mi ego se ha resentido demasiado en los últimos meses, no sé si lo habréis notado. Cada uno tendrá su lugar.
Maquinado y puesto a punto por la magnífica
EloraDana
¿cuándo?
viernes, noviembre 09, 2007
4 comentarios:
sábado, 3 de noviembre de 2007
Vandalismo Literario
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el plazer,
cómo después, de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parescer,
cualquiera tiempo passado
fue mejor.
Pues si vemos lo presente
cómo en un punto s'es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por passado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera,
más que duró lo que vio,
porque todo ha de passar
por tal manera.
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros, medianos
y más chicos,
allegados son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.
Jorge Manrique
A la muerte del maestre Don Rodrigo Manrique, su padre
(fragmento del principio)
El que haya ido alguna vez en metro en hora punta sabrá lo que es estar apoyada en la pared, luchando por respirar en un pantano de gente. Y también recordará con una sonrisa el maravilloso momento en el que el tren llega a una de esas estaciones mágicas, en las que se baja casi todo el mundo y te sacan por fin el codo de la oreja. En esos momentos el alivio es tal que no te importa si se ha bajado todo el mundo menos los que estaban sentados, y te quedas apoyada en la pared al lado de la puerta.
Supongo que también conoceréis esos cartelitos incitadores a la lectura que hay por ahí pegados (mínimo 5 por vagón, a veces repetidos, estoy segura). Pues bien, a lo que iba:
Estaba yo en el metro apretujada contra la pared, al lado de la puerta, con la cabeza apoyada en uno de esos cartelitos literarios. Había tanta gente, que no me podía mover. Menos mal que entre Guzmán el Bueno, Cuatro Caminos y Nuevos Ministerios me aliviaron un poco la cosa. Como no llevaba mp3 y ya tenía espacio vital, me giré para leer la joya literaria que separaba mi cabeza de la pared. ¡Oh, las coplas a la muerte del padre de jorge! ¡Cuánto tiempo! A ver: "... contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte, tan callando; cuán después de acordado, da dolor..." ¡¡¿¿QUÉ??!! ¿Dónde está "cuán presto se va el placer"? ¡Estos ineptos no saben ni transcribir!
Me estaba doliendo. En plena indignación, salió mi vena vandálica y saqué un boli de la mochila para desfazer el entuerto. ¡Y desde este púlpito animo a todos los del club de fans de jorge manrique a que empuñen sus bolígrafos y añadan "cuán presto se va el placer" (antes de "cómo después de acordado da dolor"), por la memoria del maestro Don Jorge Manrique y por la literatura!
¡Si podéis quedaros indiferentes, de brazos cruzados, allá quedará en vuestras conciencias!
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el plazer,
cómo después, de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parescer,
cualquiera tiempo passado
fue mejor.
Pues si vemos lo presente
cómo en un punto s'es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por passado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera,
más que duró lo que vio,
porque todo ha de passar
por tal manera.
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros, medianos
y más chicos,
allegados son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.
Jorge Manrique
A la muerte del maestre Don Rodrigo Manrique, su padre
(fragmento del principio)
El que haya ido alguna vez en metro en hora punta sabrá lo que es estar apoyada en la pared, luchando por respirar en un pantano de gente. Y también recordará con una sonrisa el maravilloso momento en el que el tren llega a una de esas estaciones mágicas, en las que se baja casi todo el mundo y te sacan por fin el codo de la oreja. En esos momentos el alivio es tal que no te importa si se ha bajado todo el mundo menos los que estaban sentados, y te quedas apoyada en la pared al lado de la puerta.
Supongo que también conoceréis esos cartelitos incitadores a la lectura que hay por ahí pegados (mínimo 5 por vagón, a veces repetidos, estoy segura). Pues bien, a lo que iba:
Estaba yo en el metro apretujada contra la pared, al lado de la puerta, con la cabeza apoyada en uno de esos cartelitos literarios. Había tanta gente, que no me podía mover. Menos mal que entre Guzmán el Bueno, Cuatro Caminos y Nuevos Ministerios me aliviaron un poco la cosa. Como no llevaba mp3 y ya tenía espacio vital, me giré para leer la joya literaria que separaba mi cabeza de la pared. ¡Oh, las coplas a la muerte del padre de jorge! ¡Cuánto tiempo! A ver: "... contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte, tan callando; cuán después de acordado, da dolor..." ¡¡¿¿QUÉ??!! ¿Dónde está "cuán presto se va el placer"? ¡Estos ineptos no saben ni transcribir!
Me estaba doliendo. En plena indignación, salió mi vena vandálica y saqué un boli de la mochila para desfazer el entuerto. ¡Y desde este púlpito animo a todos los del club de fans de jorge manrique a que empuñen sus bolígrafos y añadan "cuán presto se va el placer" (antes de "cómo después de acordado da dolor"), por la memoria del maestro Don Jorge Manrique y por la literatura!
¡Si podéis quedaros indiferentes, de brazos cruzados, allá quedará en vuestras conciencias!
Maquinado y puesto a punto por la magnífica
EloraDana
¿cuándo?
sábado, noviembre 03, 2007
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