Sentada en la ventana, piensa que le falta algo. Puede ser una sensación falsa, una excusa para estar triste cuando no hay motivo. Porque si no está triste, ¿quién es? Y si es verdad que le falta algo... Es porque la necesidad se la ha creado ella. Ser feliz es el camino difícil. Sabe que lo puede elegir, pero cuesta mucho menos esfuerzo no serlo y lamentarse por ello. Siempre hay algo de lo que quejarse, eso es la vida para ella. A veces pienso que lo hace por aburrimiento. Pero de todas formas no puedo evitar sentir cierta lástima. ¿Pero qué puedo hacer yo? Ya he puesto todo lo que podía poner de mi parte. Ella ha elegido ese camino. Si no quiere mi ayuda, abandono. Aunque, ¿a quién pretendo engañar? No es una puerta que se cierra, sino una cortina que se corre. Si acude a mí, aquí estaré. Pero, conociéndola, dudo que lo haga.
En fin, siento haberte hecho partícipe de esta reflexión. Ella no importa. Lo que importa es el té, ¿quieres más té?